jueves, 30 de julio de 2015

En la masonería condenamos e cobarde atentado de 15 de Septiembre! Como un recuerdo a nuestro Q:. H:. Vicente Alcoseri


--> -->Nosotros la Masonería condenamos el cobarde atentado ocurrido el lune15 de Septiembre de 2008 en el marco de las celebraciones patrias de la Independencia Mexicana en la ciudad de Morelia, Michoacán
México , en el que ocho o más personas murieron y más de 100 resultaron
heridas.

Nosotros el Gran Pueblo masónico enviamos condolencias a los QQ;,HH:. De ese Gr:.Or:., Quien preside el Foro Secreto Masónico, con profundo dolor envía un ya basta a la Violencia, y un pésame a las familias
que sufren la pérdida de sus seres queridos..

Este comunicado que se emite por un modesto Foro Masónico pero que sabemos será leído por Masones de varios Orientes. Expresamos que la muerte de esos inocentes es un crimen que clama justicia al y que
preocupa en lo más profundo a la Masonería Toda.

Porque en Mundo, crece la cultura de la muerte y el desprecio más absoluto por la vida humana y el respeto a la dignidad de las personas, y esto preocupa a los masones del mundo.

Quienes hayan incurrido estos abominables asesinatos, deben saber que podrán escapar impunemente a la justicia profana pero no librarán el juicio de Dios “El Gran Arquitecto del Universo” que, si bien es piadoso, también es juez justo.

"Dios el GADU dará a cada uno según sus obras, y las obras de estos criminales son de destrucción, dolor y muerte.

En una Fiesta Patria donde los mexicanos nos reunimos felizmente a conmemorar pacíficamente un aniversario más de la Independencia Mexicana, y que los mexicanos somos exhortados a la unión,no es
justo que sucedan estas atrocidades .

Fraternalmente


Vicente Alcoseri


Administrador del Foro Secreto Masónico


http://groups.msn.com/SECRETOMASONICO/_whatsnew.msnw

¿LA ILUSIÓN DEL LIBRE ALBEDRÍO? ¿QUIÉN ERES TÚ?; Escrito por Kanijo en Ciencia General,


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Puedes creer que te conoces a ti mismo, pero estás equivocado.
Los científicos que estudian cómo se identifican y comportan las formas del cerebro dicen que en realidad no estamos muy seguros de quien somos de verdad. Gran parte de lo que dirige nuestras acciones y forma nuestra personalidad es inconsciente.
La naturaleza de la consciencia ha desconcertado durante mucho tiempo a los psicólogos y científicos cognitivos, pero una reciente investigación está consiguiendo un consenso, dijo Ezequiel Morsella, psicólogo de la Universidad de Yale.
Si piensas en el cerebro como en un conjunto de ordenadores, cada uno de ellos realizando distintas y complejas tareas y procedimientos, la consciencia es como una red Wi-Fi que integra las actividades de los ordenadores de forma que puedan trabajar juntos, explicó Morsella.
Por ejemplo, si llevas un plato de comida caliente a la mesa, uno de los “ordenadores” de tu cerebro te dirá que tires el plato porque está quemando tu piel, mientras que otro te dirá que aguantes para que la comida no termine en el suelo.
El cerebro requiere de la “red Wi-Fi” de la consciencia para que los distintos ordenadores puedan interactuar, deliberar y decidir qué hacer.
Es “un estado físico que integra los sistemas del cerebro que de otra forma estarían dispersos”, dijo Morsella en una entrevista telefónica.

MÁS DE LO QUE ENCONTRAMOS EN LA MENTE.
Por tanto cuando llega a nuestras acciones, la consciencia en realidad sólo roza la superficie. La mayoría de las cosas que dirigen lo que hacemos están embebidas en las redes neuronales de forma que no esté accesible al pensamiento consciente, dijo Joseph LeDoux, neurocientífico de la Universidad de Nueva York.

“La idea cotidiana intuitiva sobre el sentido de uno mismo y su control sobre la conducta es tan incorrecta como que la Tierra es plana”, concede Morsella. Aunque pensamos en nosotros mismos como agentes independientes, no lo somos. Todo lo que hacemos están influido por procesos inconscientes y nuestro entorno, añadió.

Por ejemplo, aunque podemos ser conscientes de nuestros impulsos, a menudo somos inconscientes sobre los procesos que lo crearon. “Mi ojo puede haber escaneado un dibujo de una hamburguesa en una revista, y entonces pocos minutos más tarde, tengo esta necesidad”, dijo Morsella. “No somos conscientes de las fuentes evolutivas de gran parte del comportamiento”.

Otras veces, no estamos seguros siquiera de los impulsos. Las investigaciones han demostrado, por ejemplo, que comparado con lo que se esperaría por simple probabilidad, más hombres llamados “Ken” se mudaron a Kentucky y más “Florences” a Florida; más hombres llamados “Dennis” se hicieron dentistas y más “Lauras” se hicieron abogados (en inglés lawyer).

De acuerdo con John Bargh, psicólogo de la Universidad de a Yale, estos sorprendentes hallazgos son muy probablemente el resultado de una atracción evolutivamente dirigida a las cosas similares a nosotros — una necesidad que proviene de la idea de que deberíamos aparearnos con gente que nos recuerda a nosotros debido a que es más probable que compartan nuestros genes y nos ayuden a impulsarlos hacia la siguiente generación.

La mayor parte de la gente, por supuesto, no es consciente de tener tales impulsos. “Está clara la influencia del inconsciente, dado que nadie afirmaría que su nombre es una razón para tomar estas importantes decisiones en la vida”, escribió Bargh sobre los hallazgos.
COMPRENDERNOS A NOSOTROS MISMOS.

Dado el papel limitado que la consciencia desempeña en formar nuestra conducta y personalidad, y la complejidad de todos los otros sistemas que nos influyen, no es fácil de entender cómo nos convertimos en las personas que somos.

La mayor parte de la investigación actual se centra en cómo funcionan los sistemas individuales, pero tal vez la ciencia necesita aproximarse al cerebro de una forma distinta — diseñando experimentos provocar la actividad de múltiples sistemas al mismo tiempo, dijo LeDoux.

“Necesitamos comprender cómo el procesado de la información a través de muchos sistemas, tanto conscientes como inconscientes, determinar simultáneamente cómo pensamos, actuamos, sentimos y más globalmente, cómo somos lo que somos”.
Dijo a LiveScience.

Tomado de la Revista Libertad de Paraguay

CARTA A UN MASÓN




R.·.H.·. Luis Vargas Aybar 
Past V.·.M.·.I.·. de la R.·.L.·.S.·. Trabajo y Honradez No 17 Vall.·. de Lima

Q.·.H.·. hace tiempo que no nos comunicamos, que bueno que este medio se haya re-establecido. Las cosas desde el comienzo del milenio a la fecha, en muchos aspectos han cambiado.  Pero otras no. Se han empeorado.

Una que me preocupa seriamente, es la corrupción. Esta no es nueva, casi se podría decir que siempre existió en toda sociedad. Pero en nuestro medio, ha tomado visos institucionales y está presente en todos los ámbitos de la vida pública y privada. Ha penetrado tanto y es tan frecuente que a muchos nos parece normal el comportamiento tramposo, el abuso del poder, o el enriquecimiento ilícito, que vemos cada día.

Tanto en las grandes esferas nacionales como en nuestro entorno más próximo: trabajo, barrio, organizaciones sociales en las que participamos y –a veces- hasta en los círculos amigables, o en la propia familia, está presente.

Lo peor de vivir en un ambiente donde la corrupción es generalizada en todos los ámbitos y estratos sociales, es que llega el momento en que ya no la vemos. Es como el mal olor en un ambiente cerrado, que después de un tiempo te acostumbras, convives con él y por último, ya no lo sientes y niegas que huela mal.
¿Qué nos pasa. Es que no queda gente honrada, seria, responsable? Yo creo que si existen, y muchos. Sin embargo, la dinámica de la vida moderna nos condiciona a una existencia muy individualista que nos va recluyendo cada vez más a mirar solamente nuestros intereses más directos e inmediatos. Este sistema, nos fatiga y atemoriza y nos hace indiferentes frente al problema “ajeno”; sin pensar que lo “ajeno” es lo “nuestro”.
El silencio, práctica tan valiosa y creativa en La Masonería, se ha devaluado en la sociedad y se viene convirtiendo en un ejercicio cómplice que permite el florecimiento de estas lacras.
“Yo no me porto mal ni hago mal a nadie” es la frase socorrida que usamos para justificar nuestra inacción. Con que no se metan con nosotros ya nos sentimos triunfadores.
H.·. mío, hay que ser conscientes que la corrupción no aparece de un momento al otro, ni el corrupto surge intempestivamente. La corrupción es un proceso lento de aceptación de antivalores, que va creciendo de manera paulatina pero constante en la vida cotidiana. 
La semilla corruptible se implanta en nuestro ser a través de los pequeños actos, de las vivezas criollas, de la infracción a las normas menores, del engaño en casa y la disculpa falsa, del ahorro indebido y de otras formas que conocemos y que desgraciadamente alguna vez las hemos practicado. Este comportamiento cuando se vuelve conducta de vida y se masifica crea el ambiente propicio para la situación en la que nos encontramos.
Nosotros, los Masones, no estamos exentos de estos males. Entonces, ¿cuál es el antídoto, la vacuna que nos preserve de ellos? Sin lugar a dudas será una toma de conciencia de esta realidad, reflexionar sobre ella y emprender acciones para el cambio. Cambio, que como todas las grandes cosas, se inicia, también, con las pequeñas prácticas cotidianas y caseras. 

Tan simples como el ejercicio de la puntualidad, para evitar la falsa disculpa; el cumplimiento a la palabra empeñada, para no hacer ofertas irreales; la seriedad en la elaboración de nuestros trabajos, para evitar la copia infiel del inacabable banco de información que se llama internet; el compromiso en el cumplimiento de nuestros juramentos, entre ellos, para evitar la frecuente maledicencia; y la solidaridad y compromiso con los afanes de nuestro Tall.·. y de la GLP, para superar la indiferencia y la crítica fácil del que nada hace.

No sé H.·. Cuánto tiempo llevas en la Ord.·., quizás hace poco te has iniciado, o quizás ya llevas muchos años, pero estoy seguro que te preocupas y trabajas arduamente por limpiarnos y superar esta situación.

Si es así, sumemos esfuerzos, no perdamos nuestra capacidad de indignación frente a la corrupción y provoquemos el debate y la reflexión en todos los espacios donde desarrollamos nuestras actividades y nuestra vida. Cuidemos nuestro comportamiento y recordemos que siempre hay alguien – grande o pequeño- en la calle o en la casa, que nos mira y nos toma de ejemplo, para bien o para mal.

Disculpad H.·. por estas líneas descarnadas y dolorosas, pero sólo te tengo a ti como representante de la reserva moral de la sociedad que nos tocó vivir. Recordemos nuestro ideal humanista que nos exige mantener presentes los principios masónicos que hemos adoptado.
Salvemos nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos.

http://www.fenixnews.com/2015/07/26/carta-a-un-mason/