martes, 17 de enero de 2012

LA REFORMA DE LAS CONCIENCIAS LIBRES

LA  REFORMA DE LAS CONCIENCIAS LIBRES



José  Alejandro  Méndez  Cortes
Hombre Libre y de Buenas Costumbres   15 de Enero del 2012  E.´.V.´.


¨Venerables hermanos, nunca creímos vernos obligados a lamentar con dolor de nuestra alma la aflicción de la Iglesia en la republica mexicana. . .  después de haber privado  (el gobierno) al clero del doble voto en las elecciones  populares, le arrebato el fuero del que siempre había disfrutado.

El mismo gobierno fue todavía más  adelante y por  otro decreto se atrevió temeraria y sacrílegamente, despojando a  la iglesia de la Republica de todas sus propiedades en ella.  No solo desprecio  el  gobierno mexicano las reclamaciones de sagrados prelados, sino que decreto el destierro del obispo de Guadalajara y que se llevase  a  efecto la ley con severidad y prontitud.

Y todavía esto no basta, puesto que aquella  cámara de diputados, entre otros muchos insultos prodigados  por  ella  a  nuestra  santísima religión,  a  sus  grandes  ministros  y  a  sus  pastores, como el Vicario de Cristo en la Tierra  propuso una  nueva constitución, compuesta de muchos artículos  no  pocos  de los  cuales  están en oposición  con la misma divina religión, con su saludable doctrina, con sus santísimos  preceptos y con sus derechos…  levantamos  nuestra  voz pontificia con libertad apostólica en esta  vuestra  reunión completa  para  condenar, reprobar y declarar írritos ¹  y  de ningún calos  los  mencionados decretos,  y  todo lo demás  que hayan  practicado  la autoridad  civil con tanto desprecio de la autoridad eclesiástica y  de  esta  silla apostólica…
    
 Esto  fue  mencionado  por el  Papa  Pío IX  el  15  de  Diciembre de  1856.

¿ Cuales  eran  estos  decretos que  eran  temidos  y  tan  rechazados  por  el  alto clero  de  México  y  su Roma?  ¿ Porque  tanta  ira  desatada  en  el corazón de  sacerdotes,  obispos, arzobispos,  cardenales  y  el  mismo  Papa  Pío IX ? ¿Que perdían junto  con sus fueros  y  sus  propiedades? ¿Quién era  el enemigo tan  temido por  la Iglesia Católica?  ¿Seguirá  aún su rivalidad? 

¿El enemigo  era Ignacio Comonfort  que  decreto  la  confiscación de las propiedades de la iglesia  católica  en  Puebla?  ¿ El enemigo era  Benito  Juárez con la ley del 23 de Noviembre de 1855 que suprimía los fueros religiosos  y  que en 1860  expidiera, como presidente de la Republica Mexicana las  llamadas  leyes de Reforma.? O, ¿El  enemigo del clero eran  las  propias  leyes  que Pío IX llamaba a desobedecer? ¿La ley  del 12  de julio de  1859 que nacionalizaba los bienes eclesiásticos? ¿ La ley del 23 de julio de 1859 que establecía el matrimonio como contrato civil?

1.-  Irrito-  Nulo,  sin  valor. ¿La ley del 28 de julio de 1859 que  funda  el  registro civil? ¿La ley del 31 de julio de 1859 que  seculariza los  cementerios? ¿La  ley  del  11 de  agosto de 1859 que  reducía  el  número de las festividades religiosas?  ¿La ley que permitía la  libertad  de  cultos? O,  ¿ La ley  promulgada por  el presidente  Juárez  el 15 de  mayo de 1869 que  declaraba  a  la  educación elemental  obligatoria,  gratuita  y  laica? ¿Qué  podemos  encontrar en la constitución  de 1857 que  provocara  tanto  temor en la  Iglesia Católica?

La constitución de 1857  reafirma los derechos del  hombre, en  especial reconoce la libertad de pensar y escribir, la libertad de trabajo y enseñanza,  de transito y de asociación, la anulación de fueros y  títulos de nobleza, la anulación de penas infamantes y la igualdad jurídica de los  ciudadanos.
Finalmente encontramos cual  fue el enemigo de la iglesia a mediados de los  S. XIX en nuestro  país:   El  Hombre  Libre.

Un  hombre que pudiera  pensar libremente y escribir aquello que  fuera  el  fruto de su razón; un  hombre capaz de preguntar, de cuestionar, de reflexionar  sobre  las  supuestas-verdades conocidas, un hombre  capaz de la duda,  la  pregunta y la búsqueda de la verdad.

La Iglesia Católica se oponía a las reformas de 1857, 1859 y 1869, no solo porque  le  regresaba a sus dueños originales – los hombres y mujeres  que pagan diezmos forzosos – las tierras  y  sus  bastas riquezas; tampoco se oponía  solamente  porque  le  quitara  los  fueros  que la hacían impune  ante  sus atrocidades  cometidas ¨ En Nombre del Dios Verdadero¨; tampoco se oponía  a la reforma de estado solamente porque limitaban de ahí y para siempre sus posibilidades de influencia en el gobierno del país; se oponía sobre todo porque  no perdería su mas preciado tesoro:  el poder sobre  la conciencia humana.

¿Cómo se enfrentaría la Iglesia Católica a hombres y mujeres habiendo recuperado estos  su libre albedrío?  ¿Cómo sujetarles,  cómo someterles  sin  esgrimir  el  temor  ante los infiernos? El miedo  y el conocimiento son excluyentes.

El gran  enemigo de la Iglesia del Siglo XIX-  quizás de todos  los  siglos- era el Hombre Libre,  para pensar, para leer, para escribir, para actuar; para  SER.

Durante el  Siglo XIX,  hombres  como Benito Juárez,  Melchor  Ocampo, Ignacio Comonfort, Miguel  Lerdo de Tejada, Ponciano  Arriaga, Guillermo  Prieto,  José  María Mata, Ignacio Ramírez, Francisco  Zarco,  Santos  Degollado,  y  muchos  mas  defendieron a la libertad,  como  principio,  lo  mismo  para el pueblo y el gobierno, como para ser  ejercida por  cada ciudadano.  Por  ello  la  defensa de la República, por ello  la  defensa del  hombre.

Entre 1858  y  1860  en  la  llamada  Guerra de Reforma o de los tres  años,  se enfrentaron no solo dos partidos (liberales contra conservadores), se enfrentaron dos  concepciones  del  hombre,  aquella que lo define  libre ( para ser, pensar, hablar, creer, actuar, etc. ) contra  aquella que lo define digno de sometimiento, incapaz de pensar, sujeto de esclavitud, incapaz de…  casi todo.

Afortunadamente, para el bien de México, de su tierra y  de sus  hombres  y  mujeres,  la   constitución  de  1857, sobrevivió  al  encono de la  furia y  la  tormenta; y  fue  la  base  para  el constituyente de Querétaro de 1917. Textos  ambos,  liberales,  creyentes del hombre  por  esencia  libre.  Textos  ambos, hijos  de  la  lucha contra  los  eslabones  que  encadenan  al  ser  humano:  la  ignorancia, la miseria, la injusticia.

Los Hombres de la Reforma le dieron sentido concreto a la frase que un carpintero de Galilea dijo cuando se le quiso sorprender, hace casi 2000 años:

 “Dad al César lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios.” 

La Libertad es la facultad que  debe  reconocerse  al  hombre, dada su  naturaleza racional,  para  determinar su conducta  sin  más  limitaciones  que  las  señaladas  por la moral y por el derecho.  El  ser  humano nace  libre  y,  por  lo  tanto, su derecho de vivir  libre, no es un regalo de alguna autoridad,  sino  una  consecuencia lógica de su propia naturaleza.

NO  AL CAMBIO  DEL ARTICULO 24 DE NUESTRA  CONSTITUCIÓN,  QUITATE  LA VENDA  DE  LOS  OJOS,  RAZONA  Y   ACTUA