Su inquietud por defender a las mujeres y asegurar su permanencia y crecimiento dentro de la institución masónica, ha sido y es la misión de María del Carmen Mendoza, quien desde hace 25 años ha sido impulsora y testigo de la cada vez mayor presencia femenina en la masonería.
Presidenta de la Confederación Masónica Mexicana, María del Carmen conoce del rechazo por cuestiones de género en la orden masónica, lo cual nunca fue impedimento para avanzar en el camino, porque al final de cuentas todas las conquistas logradas por el sexo femenino han sido
promovidas por las propias mujeres. Mendoza consideró que no hay apertura para actualizar los criterios, no hay avance en la forma de pensar.
"Estamos en el siglo XXI, por lo tanto la actitud debe ser aceptarnos los unos a los otros, pues las virtudes y las enseñanzas masónicas no tienen sexo y por lo tanto no se explica la objeción, por lo tanto si una de las grandes reglas de la masonería es que no se admiten mujeres, yo considero que se trata de un precepto obsoleto." Y agrega: "En el Rito Escocés no se admiten mujeres por el Landmark número 18, que es el que nos está agobiando eternamente."
Una familia está conformada por un hombre y una mujer y las logias son instituciones creativas, de avanzada. "Creo mucho en las mujeres, en su capacidad, solidaridad, en su talento, en la fuerza y que juntas podemos hacer muchas cosas; la fuerza de la masonería radica en que
cada uno de sus miembros, mujeres y hombres, tomen conciencia de la gran fortuna que tienen de pertenecer a una institución que yo considero es la más grande y hermosa que ha podido crear la humanidad."
Su misión es feminizar a la masonería: María del Carmen supo cuál era su misión después de una visita a Puerto Ordaz, Venezuela, aunque había sido convocada a una reunión, los varones se negaban a iniciar los trabajos por estar ella presente, "desde entonces se me quedó la espinita y me quedó claro que yo no era la que debería de estar presente en las logias, sino la mujer".
Recuerda que tuvo la fortuna de regresar 10 años después para fundar la primera logia mixta, de hombres y mujeres, en Puerto Ordaz.
Sobre otro encuentro en Lima, Perú, destaca que luego de impartir una conferencia a las esposas de los masones, éstos la invitaron a sus trabajos aunque le advirtieron que debería presentarse sin sus condecoraciones, porque en esa logia no se aceptaban mujeres.
"Entendí en ese momento que tenía que dar un impulso a las logias femeninas no sólo en Perú, sino en México y otros países de América Latina."
Señaló que ha tenido que ser tolerante con este tipo de actitudes en diferentes logias, en distintos países, "cuando salí de la reunión en Perú, los hermanos se acercaron para solicitarme disculpas por no haberme hecho los honores correspondientes y entonces les pedí que dejaran a sus esposas conformar una logia femenina, en ese mismo momento logré conformar una lista con 14 nombres y salí convencida de tener que luchar contra viento y marea".
EL RITO MEXICANO
Debido al impedimento contemplado dentro de los preceptos básicos del Rito Escocés, las mujeres no son aceptadas en la orden, a diferencia del Rito Nacional Mexicano, en el cual la presencia femenina es completamente regular. Las masonas y masones del Rito Escocés han decidido constituirse por separado formando logias femeninas y masculinas, aunque también existe la corriente mixta, impulsada por la Organización Masónica Mexicana.
Luego del fallecimiento del gran impulsor de esta corriente, Carlos Vázquez Rangel, las cosas cambiaron, al grado de que toda fuerza y la convocatoria que él tenía se perdió,
"Muchos nos tuvimos que hacer a un lado y en un Congreso Masónico del Tercer Milenio realizado en la ciudad de Aguascalientes decidimos fundar la Confederación Masónica Mexicana, estamos trabajando en ella desde hace 10 años."
Indicó que en el interior de la República Mexicana en comparación con el Distrito Federal es mucho más marcado el hecho de que no acepten a la mujer en la masonería, por ello es partidaria de que se abran logias femeninas, antes que mixtas.
Gran maestra: María del Carmen tuvo contacto con la masonería gracias a su hermana, la Logia Simbólica Carmen Cerdán, jurisdiccionada a la Gran Logia Benito Juárez del Gran Oriente de Puebla.
Posteriormente al cambiar de residencia a la Ciudad de México se incorporó a la Logia Femenina Carmen Cerdán y luego a la Logia México No. 1.
En ese entonces sus aspiraciones dentro de la orden empezaban a ser mayores, su propósito era convertirse en venerable maestra, lo cual no le resultó fácil debido a su condición de mujer.
María del Carmen se negó a perder el tiempo y continuó con sus estudios dentro de la institución, hasta alcanzar el máximo grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
"Llegué al grado 33 y no había sido venerable maestra, por lo cual me fijé dicho objetivo hasta lograrlo en la Logia Vida Nueva Número 8."
Después fundó la Logia Acuario No. 10 y más adelante recuperó un proyecto que ya existía, la Gran Logia Nacional Femenina Mujeres Insurgentes, donde le fue concedida la Gran Maestría y desde donde fundó logias femeninas en toda la República Mexicana.
En Coahuila lo hizo de la mano de la ya fallecida Dora Terán Mansur, así como de otras mujeres que conformaron la logia Mujeres Insurgentes en la capital del estado.
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