Gr.’. Log.’. de Estado “Baja California” SOLSTICIO DE VERANO 2004 E.’. V.’.
Or.’. de Mexicali, B.C. El misterio de los cielos y la magnitud de los espacios cósmicos no dejaron de ser fuente de curiosidad para el hombre. Sacerdotes les han elevado cánticos; poetas los han ensalzado en sus versos, estudiosos nos han brindado sus especulaciones e imaginaciones y el astrólogo metódico, nos ha explicado cuanto acontece y vuelve a acontecer. Nuestra Hidalga Orden, a diferencia de otras entidades fraternales y benéficas existentes, pretende dejar en cada Hermano una enseñanza moral a través de las alegorías y símbolos que utiliza en su proceso auto educacional. Es así, que el Solsticio que esta noche conmemoramos constituye uno más de los símbolos educativos que debemos interpretar lógica y racionalmente para que nos guíe en nuestro mejoramiento personal. ¿Qué miras, Copérnico? le preguntó un sacerdote al astrólogo en su celda. Miro el orden, le responde. Luego de un corto silencio, nuevamente pregunta el sacerdote: ¿y qué es lo que buscas? a lo que responde: una señal que responda a mis numerosas preguntas. Para los antiguos, los fenómenos astronómicos tenían una especial atracción y pretendían descifrar en los acontecimientos estelares los deseos y las voluntades de los dioses. La evolución humana se enriqueció con sabiduría empírica y pragmática que permitió el desarrollo de las modernas ciencias. Todo niño sabe que la tierra gira sobre su eje alrededor del sol en una rotación de 24 horas y en una traslación de órbita que demora 365 días. Es en este continuo y permanente movimiento que, durante dos momentos al año, hallándose el sol en cualquiera de sus dos trópicos, detiene figurativamente su marcha y cambia la dirección de su movimiento. En el solsticio de verano, figurativamente, detiene el astro solar su carrera ascendente y torna a descender hacia el nadir. Hasta este día, los días se hacían cada vez mas largos y el sol se levantaba por sobre la línea del horizonte. A partir de este momento, dará comienzo un proceso inverso, en un perfecto orden que se repetirá hasta el fin de los días, tal como acontece desde el génesis de la creación. Los fenómenos del Universo proceden siguiendo leyes inmutables, ritmos constantes y precisos, en tiempos fijos y plazos concretos que se repiten desde la eternidad de las eternidades. Como Masones, lejanos estamos de adorar el sol, no como fuerza sobre natural, no como deidad y no como residuo de pasadas religiones. Para nuestra Orden, el astro solar no es más que otro de sus numerosos símbolos didácticos. Nace en el Oriente, de la eterna sabiduría y difunde su luz y calor, indispensables para la continuación de la vida. En su continuo y permanente movimiento influye en el ritmo del día y la noche; el curso de las estaciones; el crecimiento de las plantas y la evolución del mundo animal; el auge y florecimiento de sociedades humanas; el desarrollo cultural, técnico y científico, la vestimenta y las costumbres sociales y urbanas, en fin, todo lo que denominamos cultura. En el Astro Solar vemos un ejemplo de nuestros deseos de ser fuentes de luz y calor humanas, de entregarnos a todos por igual en un permanente afán de integridad. Al igual que la marcha solar, existen en nuestro diario trabajo ascensos y descensos y por ello educamos con la Regla de las 24 pulgadas a un preordenado ritmo laboral, constante e inequívoco. En su ejemplo, educamos hacia la tolerancia, aspirando ser expresión de belleza y bondad y nuestra Orden, inagotable Nuestra Orden, nos obliga a plantearnos en el ámbito filosófico - permanentes y continuas preguntas y aspira que en sus alegorías y símbolos sepamos encontrar respuestas. Así como el calor y la luz solar se ofrecen sin condición alguna a todos los hombres, nos entregaremos al trabajo sin esperar recompensa alguna. Trabajaremos por el placer que hallamos en la labor realizada y en la creación regenerante, sin alarde ni ostentación. Ayudamos al necesitado y calmamos al sufriente porque en el compartir nos elevamos por sobre nuestra condición humana. Combatiremos la injusticia y despertaremos la adormecida conciencia de los hombres porque los elevados valores humanos son los únicos que tienen cabida en nuestros pensamientos y actos. |
V.’. H.’. Salvador López Mendoza
Muy Resp.’. Dip.’. Gr.’. Maest.’.