sábado, 23 de noviembre de 2013

COMO NOS AFECTA EL RENCOR


Por Sebastián Alberoni

formarsegrupos.net

“Aferrarse a la ira es como agarrar un carbón caliente, con la intención de tirarlo a alguien más.

Tú eres el que se quema.” Buda
Ante una situación de conflicto, cuando el otro nos dice o nos hace algo que no nos gusta, tendemos a quedarnos con rencores, y nos suele costar mucho esfuerzo el poder dar vuelta la página de verdad. Si estamos transitando o intentando transitar un camino espiritual, puede ser que nos intentemos auto convencer de que ya no guardamos ningún rencor hacia nada ni nadie, podemos llegar a sentir que es así, pero luego de un tiempo vemos que ante cualquier cosa mínima que nos haga recordar a dicho evento o a dicha persona, el rencor vuelve a aparecer.

Una visión muy novedosa, sumamente simple y que nos puede ayudar mucho, es darnos cuenta de que si guardamos rencores, si nos quedamos con broncas, somos nosotros los principales perjudicados. Si tengo esos sentires en mi, los sentiré directamente en mi cuerpo, muy probablemente como un bloqueo o sensación fuerte de incomodidad en el plexo solar, que es justamente el centro energético o chakra relacionado con las emociones, que se ubica un poco por encima del ombligo.

Si no soy consciente de esto, si no practico la auto observación, puedo alimentar aun más estos sentires con mis pensamientos: pensamientos que justifiquen y lleven a más rencor y más separación, pensar en lo mal que hizo esa persona, en cómo pudo hacerme eso, pensar que nunca más quiero volver a acercarme a esa persona, etc. Llegados a ese punto, el malestar que sentiremos puede ser muy notorio. No solo se sentirá esta incomodidad en nuestro plexo solar, estas emociones y pensamientos disonantes también drenarán nuestra energía vital. En definitiva y en palabras simples, quedaremos hechos “un trapo de piso”.

Al hacernos conscientes de esto, nos daremos cuenta del poderoso hecho de que si de verdad soltamos los rencores, si de verdad aceptamos la situación y podemos ver al otro más allá de la ofensa, los principales beneficiados seremos nosotros, porque volveremos a sentir paz, volveremos a sentirnos libres por dentro, nuestro cuerpo se volverá a sentir relajado, ya no habrá bloqueos, nos sentiremos nuevamente con la presencia y la energía vital activa en todo nuestro cuerpo, especialmente en nuestro corazón. Tendremos más ganas de vivir, sentiremos dicha, entusiasmo, volveremos a estar conectados con nuestra Esencia.

Desde este nuevo lugar, será mucho más fácil comenzar a sentir verdadera aceptación hacía el otro y hacia la situación que me tocó vivir. Entonces, además de ser un regalo para mí, también será como consecuencia un regalo para el otro. Si por el contrario, hubiéramos encarado esta situación sólo desde el esfuerzo de querer aceptar al otro inspirados en el común conocimiento de que “perdonar es algo bueno”, sería un enfoque muy noble, pero que nos puede costar muchísimo esfuerzo, esfuerzo que puede terminar siendo infructuoso.

Desde este nuevo lugar, como se explica en la técnica del Ho’Oponopono, también podré ver más fácilmente cuáles fueron las causas internas mías que me ayudaron a vivir esa situación, o que me hicieron sentirme tan dolido con dicha situación. Generalmente las cosas nos pasan, y hay otro u otros involucrados, pero a la vez los dolores se aumentan por heridas no sanadas de nuestro pasado. Entonces estos hechos nos pueden ser de gran utilidad para auto conocernos mejor, para sanar y abrazar cuestiones pasadas. Desde esta visión el otro termina siendo un facilitador que nos puede estar mostrando algo a sanar.

Todo esto no significa que no podamos sincerarnos con la otra persona, decirle que su actitud nos ha hecho sentir mal, que nos hemos sentido heridos, que su obrar nos parece demasiado fuerte, que no esperábamos eso de ella/él, que nos damos cuenta de que nuestro dolor puede en parte verse aumentado por nuestras propias heridas del pasado, pero que de todas formas duele, o lo que sea. Por el contrario, el consejo es intentar siempre decir lo que sentimos, compartirlo con el otro, abrirnos al otro, tratando de que sea lo más posible desde el corazón. Es el miedo el que nos hace creer que es mejor cerrarnos y no decir nada, y es el Amor el que nos ayuda a abrirnos y compartir.

Puede ser que al sincerarme, sea la otra persona la que se ofenda. Hay personas que no tienen reparo en decir o hacer cosas fuertes, pero que no toleran escuchar el retorno. Además, ofenderse en esas instancias suele ser un mecanismo de defensa para evitar sentir remordimiento o hacerse cargo de las propias acciones. 

En ese caso, será el viaje de la otra persona el trabajar sus rencores. Pero si nosotros hacemos nuestro trabajo y podemos soltar nuestros rencores, es muy posible que se dé una nueva instancia en la que sea el mutuo entendimiento, la mutua comprensión, la que triunfe. Solo es cuestión de darle a las situaciones el tiempo necesario. Y según han dicho los sabios y maestros, el tiempo es, en últimas, parte de la ilusión, como así también la separación.

No nos aflijamos si de todas formas más adelante los rencores afloran de nuevo. En ese caso podremos aplicar de nuevo esta visión sanadora. Generalmente vamos creciendo en espirales ascendentes, pareciera que volvemos a pasar nuevamente por lo mismo, pero siempre estamos avanzando, sanando y evolucionando.

Autor: Sebastián Alberoni
Creador del Curso a Distancia: “Camino Espiritual Integrado”


viernes, 8 de noviembre de 2013

El hombre del nuevo tiempo ama la luz como a su vida misma, pues sabe que no es nada sin ella y que sólo en ella es posible vivir la plena realización, la real armonía, la total conciencia, así como el infinito amor por la creación.

EL HOMBRE DEL NUEVO TIEMPO


El hombre del nuevo tiempo ama la luz como a su vida misma, pues sabe que no es nada sin ella y que sólo en ella es posible vivir la plena realización, la real armonía, la total conciencia, así como el infinito amor por la creación.

El hombre del nuevo tiempo ama a su prójimo, pues ha aprendido que no está solo en la creación y que sólo en el amor, expresado en acciones de entrega a los demás, se vive la belleza del espíritu del Gran Promotor. Sabe en su corazón que la maravillosa energía de la voluntad se manifiesta en entrega, encontrando en la humanidad el terreno fértil para la realización del infinito servicio al que ha brindado su vida.

El hombre del nuevo tiempo ha reconocido sus capacidades ilimitadas y se ha entregado a la fuerza iluminadora del espíritu con humildad: da sin pedir nada a cambio, pero asimismo recibe del amor, lo que por su esencia en el mismo corazón comparte en silencio, pues ha aprendido que la mejor palabra es aquella que no se dice, sino sólo a través de la verdadera acción, en silencio.

Mas así como humilde es el hombre del nuevo tiempo un niño, pues cada acto, cada sonrisa, cada manifestación de él es poesía del espíritu que, libre, conecta con la música celestial del Divino Creador, inspirando sublimemente a la humanidad de este amado planeta, en el que el gran cambio ya ha comenzado a ser una realidad.

Mas así como niño el hombre del nuevo tiempo es anciano, pues lleva en él la experiencia de miles de años, la cual le ha servido para dejar atrás toda apariencia y, así, cristalino y con los pies descalzos, y tan sólo acompañado del profundo y verdadero amor, así como de la experiencia de este tiempo, se dispone a vivir aquello que ha sido destinado para él: la luz, la cual ha aprendido a manejar en sus múltiples manifestaciones, procurando en cada momento un efecto multiplicador de armonía, de equilibrio, así como de profundo y verdadero amor.

El hombre del nuevo tiempo ha aprendido que su mente es la gran herramienta que le permite focalizar la energía superior. Por tanto es él conciencia permanente de la luz que lleva dentro y de cómo ésta puede ser manifestada, regocijándose, así como en él, en el corazón de todos los hombres.

La luz del nuevo tiempo será, en su paz reinante, el símbolo de que el nuevo hombre ha comulgado con su Yo Superior, permitiendo que el sabio anciano manifieste con sublime perfección lo encontrado en su corazón. La luz del nuevo tiempo habrá apaciguado la furia de los elementos que, entregados al regazo de paz y armonía universal, habrán dado la lección de vida al hombre actual, quien forjado en la experiencia de miles de años, habrá aquietado su espíritu, permitiendo que lo que en él yace, exprese su perfección.

Así pues, esta luz habrá finalmente restablecido el equilibrio de Dubarín y Ená, así como de Atalot e Inimón. La luz habrá tomado una nueva forma en el hombre, pues su materia física ya no será la de antes, su ciclo vibracional habrá encontrado un nuevo centro motor en el corazón y ya no en la materia, haciendo del sentimiento puro su más grande ideal que, materializado en el amor, se manifestará en un mundo de armonía, donde hasta el silencioso correr del aire será cántico de alabanza a Dios.

La luz del nuevo tiempo será ciencia para el estudioso, guía del aprendiz, camino del buscador y puerto seguro del navegante. Finalmente, el hombre del nuevo tiempo habrá comprendido que así como él, todo yace en el regazo de la Eterna y Viviente Luz Interior. Así, la luz del nuevo tiempo será el medio y la meta en el hombre, pues como medio manifestará las opciones de cambio y como meta se realizará en ella.

Sólo la luz prevalecerá en pensamiento, en sentimiento y en acción, y así será, pues está escrito y dicho que el Reino de los Cielos regirá en el Nuevo Tiempo, donde los límites habrán desaparecido y las barreras serán recuerdo del pasado, pues las posibilidades habrán abierto fronteras ilimitadas que le permitirán alcanzar su verdadera esencia y procedencia Solar.

El hombre del nuevo tiempo, renacido en la luz de su corazón, habrá aprendido a saciar su apetito en conocimiento de causa y efecto, lo que le conducirá a reconocer al Cristo que en él mora y que, fundido como uno solo, habrá despertado en su verdadera procedencia cósmica, brillando como una nueva estrella en el firmamento.

El hombre del nuevo tiempo aprenderá a ver con ojos de ver y a sentir y escuchar al Profundo Amor en su corazón, pues es ahí que encontrará las verdades más grandes, los logros más maravillosos y donde los límites habrán desaparecido, las facultades despertado y el niño encontrado, el niño luz Cristo que mora en el corazón de cada hombre, esperando ser descubierto para crecer y llegar a la madurez del anciano ser, que con la luz de su propio ejemplo abre camino, siembra luz y cosecha virtudes.


Éste es el símbolo del hombre del nuevo tiempo, ésta es la base del principio del Bredam: lo limitado es ilimitado en los medios del amor. Lo subjetivo es objetivo en la luz del conocimiento, que en práctica de vida se convierte en sabiduría. El principio es el fin, nada comienza ni nada termina sin que obre de por medio el amor, y lo más cercano al amor que encontráis sois vosotros mismos.

sábado, 12 de octubre de 2013

Biografías Masónicas - Rudyard KIPLING


Rudyard Kipling
1865- 1936
Masoneríay literatura: Joseph Rudyard Kipling
(n. Bombay, 30 de diciembre de 1865 - † Londres, 18 de enero de 1936), Escritor indio de origen británico. Su segundo nombre hace referencia al lago Rudyard, en Stafordshire, Inglaterra, donde sus padres se conocieron. Su padre (John Lockwood Kipling), un oficial del ejército británico, experto en arte y artesanía de indios, lo envió de niño a Inglaterra para que se educara allí. Solo y abandonado en un principio, más tarde recordaría con placer sus años escolares.

En 1878, ingresa al United Service College, una escuela de Devonshire, creada especialmente con la finalidad de educar a los hijos de aquellos oficiales sin gran pecunio. En 1882, a los 16 años de edad, fue al encuentro de sus padres, en Lahore, donde su padre se desempeñaba en el cargo de director de la Escuela de Bellas Artes, y durante siete años trabajó como periodista en la India, país al que observó con penetrante mirada; sus escritos periodísticos aparecen periódicamente en La Gaceta Civil y Militar.

Sus cínicos poemas de Departamental Ditties (Cantinelas departamentales, 1886), y sus vigorosos relatos, Plain Tales from the Hills (Cuentos de las colinas, 1888), llamaron la atención. En1889 llegó a Londres (luego de un viaje que lo llevara a recorrer Birmania, Japón y los Estados Unidos) con una carpeta de cuentos y baladas que se convertirían en 1890 en un éxito editorial. 

Incluían estos trabajos algunas reimpresiones de su obra primera y muchos relatos nuevos sobre la India y el ejército británico; sus Barrack Room Ballades (Baladas del cuartel, 1892), un género nuevo en la poesía inglesa; y una novela autobiográfica suavemente enmascarada, The Light That Failed (La luz que se extingue, 1891). En ese mismo año, en colaboración con Wolcott Balestier, escribe Naulahka. Fue iniciado en Masonería a los veinte años en la Logia "Esperanza y Perseverancia Nº 782" de Lahore, Punjab, India. 

Dedicó su vida y sus escritos a profundizar en la condición de Hombre, y su devenir existencia. Temas todos ellos estudiados dentro de la Masonería. Joseph Rudyard Kipling fallece en Londres el 18 de enero de 1936. Sus restos se encuentran sepultados en la Abadía de Westminster.

Obras:
Cuarteto (1884, colección de poemas escritos junto a su madre y hermana) Cuentos de las Colinas (1888) De un Mar a Otro (1889) Naulahka (1891, en colaboración con Wolcott Balestier) El Libro de la Selva (1894) El Segundo Libro de la Selva (1895) La Carga del Hombre Blanco (1899) Kim (1900) Puck, el de la Colina Pook (1900) Los Ancianos (1902, donde preanuncia la Primera Guerra Mundial) Canción de la Patrulla (1908, himno del movimiento scout) El Retorno de Puck (1911) Por Todo lo que Tenemos y Todo lo que Somos (1914)

MI LOGIA MADRE: Vivir la Masonería

(Rudyard Kipling)

Allí estaba: Rudle, el jefe de estación Peazley, de la Sección de Vías y Trabajos Ackman, de Intendencia, Donkin, funcionario de la Prisión, y Blake, el Sargento instructor que fue dos veces nuestro Venerable; y también, estaba el viejo Franjee Eduljee dueño del almacén "Artículos Europeos... Fuera nos decíamos: "Sargento" o "Señor", "Salud' o "Salam"; dentro, en cambio, "Hermano", y así estaba bien. 

Nos encontrábamos en el Nivel, y nos despedíamos en la Escuadra, Yo era el segundo Diácono. Estaba también, Bola Nath, el contable, Saul, el judío de Aden, Din Mohamed de la oficina del Catastro, el señor Chuckerbutty... Amir Singh el sikh; y Castro, del taller de reparaciones que, por cierto, era católico romano... 

Nuestros ornamentos no eran ricos y nuestro Templo era viejo y desguarnecido, pero conocíamos los Landmarks y los observábamos escrupulosamente... A veces, cuando miro atrás me viene a la cabeza este pensamiento: 
"En el fondo, no había incrédulos al margen, quizás de nosotros mismos... y, así, cada mes después de la Tenida nos reuníamos para fumar. No nos atrevíamos a hacer banquetes por miedo a forzar alguna norma de  cualquier Hermano. Y hablábamos a fondo, de Religión y de otras cosas. 

Cada uno de uno se refería al Dios, que conocía mejor, y los Hermanos tomaban la palabra uno tras otro y nadie se inquietaba. Nos separábamos con el alba, cuando se despertaban las cacatúas y los malditos mosquitos portadores de fiebre. Entonces volvíamos a caballo y después de tantas palabras Dios, Mahoma y Shiva jugaban al escondite dentro de nuestras cabezas.

Muy a menudo, desde entonces, mis pasos errantes al servicio del Gobierno han llevado mi saludo fraternal desde Oriente a Occidente. ¡Cómo los recordaba! ¡Y cuántas veces he deseado volver a verlos a todos! A todos los de mi Logia Madre, ¡Cómo querría volver a verlos! 

A mis Hermanos, negros o morenos, y sentir el aroma de los cigarrillos indígenas mientras deambulaba por allí... el que encendía la luz, y el viejo de la limonada removía por la cocina. Y volverme a sentir un Masón perfecto. Una vez más, en esta mi Logia de hoy.

SI
(Rudyard Kipling)

Si puedes estar firme cuando en tu derredor todo el mundo se ofusca y tacha tu entereza;
Si cuando dudan todos, fías en tu valor y al mismo tiempo sabes excusar su flaqueza;

Si puedes esperar y a tu afán poner brida, o blanco de mentiras esgrimir la verdad, o siendo odiado al odio no dejarle cabida y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad;

Si sueñas pero el sueño no se vuelve tu rey: si piensas y el pensar no mengua tus ardores;
Si el triunfo o el desastre no te imponen su ley y los tratas lo mismo, como a dos impostores:
Si puedes soportar que tu frase sincera sea trampa de necios en boca de malvados, o mirar hecha trizas tu adorada quimera y tornar a forjarla con útiles mellados...

...Si puedes mantener en la ruda pelea alerta el pensamiento y el músculo tirante para emplearlos cuando en tí todo flaquea
menos la voluntad que te dice: "Adelante";

Si entre la turba das a la virtud abrigo;

Si, marchando con reyes del orgullo has triunfado;

Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo;

Si eres bueno con todos, pero no demasiado,

Si puedes llenar los preciosos minutos con sesenta segundos de combate bravío, tuya es la Tierra y todos sus codiciados frutos, y lo que más importa: ¡Serás hombre, hijo mío!


sábado, 31 de agosto de 2013

235 AÑOS DE LA INICIACIÓN DE VOLTAIRE


1778  .·.  7 de MARZO  .·.  2013

Fragmento de “VOLTAIRE Y LA MASONERÍA”  de Roberto Aguilar M. S. Silva
M.M. – R.L. Sentinela da Fronteira Nº 53 Corumba
Academia Masónica de Letras de Mato Grosso do Sul (Brasil)


VOLTAIRE ingresó en la Masonería a los 80 años de edad, luego de atacar durante toda su vida los errores de la Orden, sin saber lo que ella era. En efecto, sin conocer los principios de la Masonería, la supuso inspirada en el misticismo gárrulo y hasta la maltrató en su diccionario filosófico con ironías y sarcasmos injustos. Pero como la Masonería francesa, de corte liberal, luchaba contra el fanatismo y la tiranía, y estos eran también los enemigos contra los que luchaba VOLTAIRE, se encontró un día rodeado de hombres que perseguían los mismos ideales y en defensa de la misma causa y se sorprendió de que fuesen masones y que sus ideales coincidieran con los que él se había propuesto. 

Franklin, a la vez que impresor, físico y legislador, Court- de Gebelin, hombre de generales conocimientos, Lalande, gran astrónomo, Dixmerie y el Abate Cordier de Saint Fermín, ambos literatos notables, eran miembros de la Logia Les Neuf Soeurs, fundada bajo la inspiración de Helvetius, quien murió antes de verla instalada, y ellos fueron los que propusieron a VOLTAIRE la iniciación. Éste se sintió sobresaltado al oír a tales hombres proponerle entrar en la Orden, él ignoraba que las tendencias eran muy serias y el gran VOLTAIRE se detuvo a reflexionar al ver que hombres como Franklin y Lalande se servían de la Institución para propagar sus ideas. 

VOLTAIRE al tener conocimiento de que las Logias trabajaban para disipar las tinieblas y extinguir la superstición, objetivos que él siempre había perseguido, aceptó la Iniciación; y el 7 de marzo de 1778 fue conducido a la Logia Les Neuf Soeurs (Las nueve hermanas o las nueve musas), y presentado por Cordier de Saint Fermín, fueron recibidos en el pórtico por los hermanos Meslay, Lort, Bignon, Remy, Mercier, Fabrony, Dufresney después fue introducido por el caballero de Willars. La Logia estaba presidida por Lalande; y el Gran Poeta se apoyaba en los brazos de Franklin y de Court de Gebelin, que le habían ofrecido ayudarlo, siguiéndoles el caballero de Cubieres. Se suprimieron las pruebas físicas porque todos conocían al filósofo que había expuesto en sus escritos desde el fondo de su corazón; él había combatido a los enemigos de la humanidad que son, al mismo tiempo, los enemigos de la Masonería; él había dado a conocer en sus escritos las mismas doctrinas que la Orden postula.

MANDIL DE VOLTAIRE
La recepción masónica debe ser el puente que separa la vida de lucha de la vida de calma y para VOLTAIRE, la Iniciación era el coronamiento. Las prueban a las que se le sometió le permitieron al Poeta exponer sus ideas. Uno de los hermanos que asistieron a la ceremonia expresó: “Es para nosotros la lección, no para él”. Cuando llegó el momento de entregarle las insignias, Lalande le dio el Mandil, símbolo del Trabajo: era el mandil que había usado Helvetius, y Voltaire al estrecharlo entre sus manos lo llevó espontáneamente a sus labios honrando con esta demostración a uno de los más sabios y enérgicos masones de aquella época.

Lamentablemente, algunos meses después de celebrada esta recepción tan grata, la misma Logia Les Neuf Soeurs, rendía los honores fúnebres a aquél que Francia había de transportar al Templo de los Grandes Hombres. Lalande, que presidió la ceremonia de Iniciación del VOLTAIRE, también presidió la ceremonia mortuoria; los hermanos Franklin y el conde Strogonof, cubrían los puestos de Vigilantes; el hermano Lechangeux ocupaba el trono del Orador. Doscientos visitantes asistieron a la Tenida fúnebre; la orquesta se componía de los mejores artistas de París, y para evitar una invasión mundana acordó la Logia que las señoras Denis y la Marquesa de Villete se presentaran como por casualidad a presenciar las ceremonias; y en efecto, ambas damas llegaron, la primera conducida por el hermano marqués de Villevielle.  Todo lo que la historia puede referir de las ceremonias de Iniciación y Fúnebre del GRAN VOLTAIRE, sólo puede entenderse si se comprende la enorme presencia moral e intelectual que hombres como Helvetius, Diderot, Montesquieu, Rosseou, Cambaceres, Lalande, Franklin, Parny, Lafayett, Washington y otros muchos, tuvieron en la sociedad y en el destino de los pueblos.

Muchos hermanos, no sin ironía, afirman que la Francmasonería actual vive de su pasado, puesto que hoy, la acción masónica parece confinada a «las cuatro paredes» de sus templos. Ignoran estos hermanos que las condiciones cambian y que los escenarios de lucha son otros. Pero lo que más desconocen algunos de nuestros hermanos es que, como afirmó H.G. Wells, la historia humana es en esencia una historia de ideas, no de personas, y por lo tanto, la acción de la Masonería sigue vigente porque su ideario constituye parte integrante de las instituciones políticas contemporáneas.

* Imagen, Besomi de Internet  SALVADOR LOPEZ MENDOZA  COM.. DE REL.. DE B.C.


domingo, 14 de abril de 2013

EL PELIGRO DE LA MALA LENGUA


El Shabat de Tazría/Metsorá es significativo porque dos porciones se leen juntas, entrelazando muchas de las lecciones y la Luz que recibimos esta semana. Me gustaría comenzar compartiendo una enseñanza kabbalística del Talmud sobre estas porciones:
 Había un comerciante que iba de ciudad en ciudad vendiendo una “poción de vida”. Rav Yannai, un gran sabio, escuchó sobre este comerciante quien dijo que tenía la cura milagrosa para la vida y le pidió ver lo que estaba vendiendo.

Rav Yannai dio la bienvenida al comerciante en su hogar y le dijo: “Escuché que has viajado alrededor del mundo diciendo que tienes la poción para la vida. ¿Qué es?” El comerciante abrió el Libro de los Salmos, escrito por el Rey David, y le mostró a Rav Yannai el verso que dice: “¿Quién es el hombre que desea vida y ama los días en los cuales ve el bien? Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar negativamente. Aléjate del mal y haz el bien, busca la paz y persíguela” (Salmos 34:13-15). El comerciante dijo: “Esto es lo que vendo”. El Rav Yannai se animó mucho y dijo: “He leído este versículo muchas veces, pero no es sino hasta este preciso momento que me doy cuenta de cuán simple es su mensaje”.

 Así que ¿qué fue revelado al Rav Yannai y qué podemos aprender de este nuevo entendimiento?

Los kabbalistas explican que lashón hará, la mala lengua, es la peor forma de oscuridad que existe. La mala lengua es más comúnmente entendida  como hablar de manera negativa sobre alguien más, el cual es el nivel más obvio y la peor forma delashón hará; Sin embargo, hay diversas formas de hablar lashón hará, algunas veces hablamos sobre nosotros mismos en forma negativa, y a veces decimos cosas por rabia.

Si se nos preguntase qué es peor, ir donde alguien y abofetearlo o cenar con un amigo y hablar mal sobre otra persona, la mayoría de nosotros diría que abofetear es mucho peor. Sin embargo, el Rey David nos dice que lashón hará es peor… peor que casi cualquier otra acción negativa que podamos realizar. Pero ¿Por qué?

Rav Yannai explica que la persona que abofetea a alguien puede pasar por un proceso de teshuvá, lo que permite remover cualquier oscuridad que hayamos traído hacia nosotros. Es un proceso de dos pasos; el primero es limpiar el aspecto físico de la acción al pedir perdón a la persona que hemos herido. El segundo paso es el aspecto espiritual, el cual se trata sobre traer suficiente Luz a nuestra alma para que la oscuridad generada por la acción negativa sea removida.

Este proceso de teshuvá puede ser realizado para casi cualquier acción negativa que realicemos, excepto para lashón hará, la cual se encuentra en una categoría propia.

La semilla del dolor y el sufrimiento en nuestro mundo fue sembrada cuando la serpiente, el lado negativo, habló lashón hará  sobre el Creador a Adán y Eva en el Jardín del Edén en la porción de Bereshit. Debido a que Adán y Eva escucharon las palabras de la serpiente, cayeron espiritualmente. Por ende, cuando hablamos negativamente sobre otros o sobre nosotros mismos, volvemos y nos reconectamos con el poder de la serpiente, la semilla de la oscuridad en nuestro mundo. Esto coloca una coraza de negatividad alrededor de nuestra alma que evita que entre cualquier Luz que generemos a través de nuestro trabajo espiritual.

Volviendo  a la historia del Talmud, lo que el comerciante le reveló a Rav Yannai, y ahora a nosotros, es que el prerrequisito para cualquier otro trabajo espiritual que hagamos (ya sea restringir nuestras acciones negativas o realizar acciones positivas) es primero y principal abstenernos de la mala lengua. Ya que si nos involucramos enlashón hará, colocamos una coraza alrededor de nuestra alma y entonces la Luz que atraigamos como resultado de nuestro trabajo espiritual ni siquiera puede entrar, no puede asistirnos ni apoyarnos en nuestra corrección.

Por ende, recibimos el obsequio en el Shabat Tazría/Metsorá de una apreciación renovada por el poder de nuestras palabras. Mientras conectamos con estas porciones, podemos pedir tener verdadera claridad sobre la tremenda caída espiritual que resultará si nos permitimos a nosotros mismos involucrarnos con la mala lengua. No deberíamos pensar más que lógicamente existe algo peor que podemos hacer que hablar lashón hará.

El Zóhar dice que la palabra metsorá o tzaarat por lo general se traduce como “lepra”, y cuando lo traducimos al arameo es llamada seguirú, lo que significa “cerrado”. Esto nos indica que las porciones de Tazría/Metsorá no se tratan acerca de enfermedad física, sino más bien conciernen a la enfermedad espiritual que todos sufrimos en algún grado, estar cerrados a la Luz.

El Zóhar explica que la Torá utiliza la palabra nega (Nun, Guimel, Ayin) para denotar oscuridad, lepra, o seguirú, estar cerrados a la Luz del Creador. Por ende, no es coincidencia que estas tres letras (Nun, Guimel, Ayin) formen otra palabra: oneg (Ayin, Nun, Guimel) que significa “placer”. Estas dos palabras: nega (desconexión de la Luz del Creador) y oneg (placer) están inter-conectadas. 
Todos tenemos cierta cantidad de Luz que está destinada a venir a nosotros,  y es a través de nuestras acciones que colocamos una coraza de Luz positiva o de Luz negativa alrededor de nuestra alma.

Cuando hablamos lashón hará, tomamos de nuestro banco de Luz y la guardamos en una coraza de nega, desconexión  de la Luz del Creador. Sigue siendo Luz pero ahora está cubierta por una coraza de oscuridad y esto nos causa dolor porque pudimos haber utilizado esta Luz en el sentido contrario, asistiendo a otra persona, por ejemplo. Pudimos haber tomado esta misma Luz y colocar una coraza de Luz a nuestro alrededor la cual nos sustentaría con placer.

Oneg y nega, placer y dolor, no son dos realidades separadas, sino un resultado de nuestras acciones. La Luz que atraemos proviene del mismo banco, independientemente de si será utilizada para hablar mal o para una acción de compartir. Todo necesita ser sostenido por nuestra Luz, y cuando retiramos de nuestro banco de Luz y cubrimos esta Luz en oscuridad, ahora esta oscuridad se sostendrá y manifestará en nuestra vida en diferentes formas. Lo opuesto es también verdad, cuando realizamos acciones de compartir o actuamos y hablamos de manera positiva, exactamente la misma Luz del banco alimentará el placer y lo positivo en nuestra vida. 

El Zóhar explica que el dolor físico y emocional proviene de una fuente, nega, la cual es la Luz que nosotros hemos cubierto en una coraza de negatividad a través de  nuestras palabras y acciones. Ahora entendemos que la tremenda oscuridad que atraemos a partir de lashón hará proviene de la misma Luz que sostiene la negatividad o el placer positivo en nuestras vidas. El tipo de Luz que nos sustentará depende de nosotros. Podemos tomar un oneg potencial, un placer positivo en potencia, y cubrirlo con una coraza de oscuridad a través de nuestras acciones y palabras negativas.

En el Shabat Tazría/Metsorá, tenemos el gran obsequio de poder tomar todas estas corazas de oscuridad alrededor de nuestra Luz, abrirlas y no sólo remover la oscuridad, sino también traer incluso más Luz de su interior. 

sábado, 6 de abril de 2013

Docencia Masónica: LA LAICIDAD EXPLICADA A LOS NIÑOS

Salvador Savater

En 1791, como respuesta a la proclamación por la Convención francesa de los Derechos del Hombre, el Papa Pío VI hizo pública su encíclica Quod aliquantum en la que afirmaba que "no puede imaginarse tontería mayor que tener a todos los hombres por iguales y libres".
En 1832, Gregorio XVI reafirmaba esta condena sentenciando en su encíclica Mirari vos que la reivindicación de tal cosa como la "libertad de conciencia" era un error "venenosísimo".
En 1864 apareció el Syllabus en el que Pío IX condenaba los principales errores de la modernidad democrática, entre ellos muy especialmente - dale que te pego - la libertad de conciencia.

Deseoso de no quedarse atrás en celo inquisitorial, León XIII estableció en su encíclica Libertas de 1888 los males del liberalismo y el socialismo, epígonos indeseables de la nefasta ilustración, señalando que "no es absolutamente lícito invocar, defender, conceder una híbrida libertad de pensamiento, de prensa, de palabra, de enseñanza o de culto, como si fuesen otros tantos derechos que la naturaleza ha concedido al hombre. De hecho, si verdaderamente la naturaleza los hubiera otorgado, sería lícito recusar el dominio de Dios y la libertad humana no podría ser limitada por ley alguna".

Y a Pío X le correspondió fulminar la ley francesa de separación entre Iglesia y Estado con su encíclica Vehementer, de 1906, donde puede leerse: "Que sea necesario separar la razón del Estado de la Iglesia es una opinión seguramente falsa y más peligrosa que nunca. Porque limita la acción del Estado a la sola felicidad terrena, la cual se coloca como meta principal de la sociedad civil y descuida abiertamente, como cosa extraña al Estado, la meta última de los ciudadanos, que es la beatitud eterna preestablecida para los hombres más allá de los fines de esta breve vida".

Hubo que esperar al Concilio Vaticano II y al decreto Dignitatis humanae personae, querido por Pablo VI, para que finalmente se reconociera la libertad de conciencia como una dimensión de la persona contra la cual no valen ni la razón de Estado ni la razón de la Iglesia. "¡Es una auténtica revolución!", exclamó el entonces cardenal Wojtyla.

¿QUÉ ES LA LAICIDAD?
Es el reconocimiento de la autonomía de lo político y civil respecto a lo religioso, la separación entre la esfera terrenal de aprendizajes, normas y garantías que todos debemos compartir y el ámbito íntimo (aunque públicamente exteriorizable a título particular) de las creencias de cada cual.

La liberación es mutua, porque la política se sacude la tentación teocrática pero también las iglesias y los fieles dejan de estar manipulados por gobernantes que tratan de ponerlos a su servicio, cosa que desde Napoleón y su Concordato con la Santa Sede no ha dejado puntualmente de ocurrir, así como cesan de temer persecuciones contra su culto, tristemente conocidas en muchos países totalitarios. 

Por eso no tienen fundamento los temores de cierto prelado español que hace poco alertaba ante la amenaza en nuestro país de un "Estado ateo". Que pueda darse en algún sitio un Estado ateo sería tan raro como que apareciese un Estado geómetra o melancólico: pero si lo que teme monseñor es que aparezcan gobernantes que se inmiscuyan en cuestiones estrictamente religiosas para prohibirlas u hostigar a los creyentes, hará bien en apoyar con entusiasmo la laicidad de nuestras instituciones, que excluye precisamente tales comportamientos no menos que la sumisión de las leyes a los dictados de la Conferencia Episcopal. 

No sería el primer creyente y practicante religioso partidario del laicismo, pues abundan hoy como también los hubo ayer: recordemos por ejemplo a Ferdinand Buisson, colaborador de Jules Ferry y promotor de la escuela laica (obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1927), que fue un ferviente protestante.

En España, algunos tienen inquina al término "laicidad" (o aún peor, "laicismo") y sostienen que nuestro país es constitucionalmente "aconfesional" - eso puede pasar - pero no laico. Como ocurre con otras disputas semánticas (la que ahora rodea al término "nación", por ejemplo) lo importante es lo que cada cual espera obtener mediante un nombre u otro.

Según lo interpretan algunos, un Estado no confesional es un Estado que no tiene una única devoción religiosa sino que tiene muchas, todas las que le pidan. Es multi confesional, partidario de una especie de teocracia politeísta que apoya y favorece las creencias estadísticamente más representadas entre su población o más combativas en la calle. De modo que sostendrá en la escuela pública todo tipo de catecismos y santificará institucionalmente las fiestas de iglesias surtidas.

Es una interpretación que resulta por lo menos abusiva, sobre todo en lo que respecta a la enseñanza. Como ha avisado Claudio Magris (en "Laicità e religione", incluido en el volumen colectivo Le ragioni dei laici, ed. Laterza), "en nombre del deseo de los padres de hacer estudiar a sus hijos en la escuela que se reclame de sus principios - religiosos, políticos y morales - surgirán escuelas inspiradas por variadas charlatanerías ocultistas que cada vez se difunden más, por sectas caprichosas e ideologías de cualquier tipo. Habrá quizá padres racistas, nazis o estalinistas que pretenderán educar a sus hijos -a nuestras expensas- en el culto de su Moloch o que pedirán que no se sienten junto a extranjeros...".

Debe recordarse que la enseñanza no es sólo un asunto que incumba al alumno y su familia, sino que tiene efectos públicos por muy privado que sea el centro en que se imparta. Una cosa es la instrucción religiosa o ideológica que cada cual pueda dar a sus vástagos siempre que no vaya contra leyes y principios constitucionales, otra el contenido del temario escolar que el Estado debe garantizar con su presupuesto que se enseñe a todos los niños y adolescentes. Si en otros campos, como el mencionado de las festividades, hay que manejarse flexiblemente entre lo tradicional, lo cultural y lo legalmente instituido, en el terreno escolar hay que ser preciso estableciendo las demarcaciones y distinguiendo entre los centros escolares (que pueden ser públicos, concertados o privados) y la enseñanza misma ofrecida en cualquiera de ellos, cuyo contenido de interés público debe estar siempre asegurado y garantizado para todos. En esto consiste precisamente la laicidad y no en otra cosa más oscura o temible.

Algunos partidarios a ultranza de la religión como asignatura en la escuela han iniciado una cruzada contra la enseñanza de una moral cívica o formación ciudadana. Al oírles parece que los valores de los padres, cualesquiera que sean, han de resultar sagrados mientras que los de la sociedad democrática no pueden explicarse sin incurrir en una manipulación de las mentes poco menos que totalitaria. Por supuesto, la objeción de que educar para la ciudadanía lleva a un adoctrinamiento neofranquista es tan profunda y digna de estudio como la de quienes aseguran que la educación sexual desemboca en la corrupción de menores. Como además ambas críticas suelen venir de las mismas personas, podemos comprenderlas mejor. 

En cualquier caso, la actitud laica rechaza cualquier planteamiento incontrovertible de valores políticos o sociales: el ilustrado Condorcet llegó a decir que ni siquiera los derechos humanos pueden enseñarse como si estuviesen escritos en unas tablas descendidas de los cielos. Pero es importante que en la escuela pública no falte la elucidación seguida de debate sobre las normas y objetivos fundamentales que persigue nuestra convivencia democrática, precisamente porque se basan en legitimaciones racionales y deben someterse a consideraciones históricas. Los valores no dejan de serlo y de exigir respeto aunque no aspiren a un carácter absoluto ni se refuercen con castigos o premios sobrenaturales... Y es indispensable hacerlo comprender.

Sin embargo, el laicismo va más allá de proponer una cierta solución a la cuestión de las relaciones entre la Iglesia (o las iglesias) y el Estado. Es una determinada forma de entender la política democrática y también una doctrina de la libertad civil.

Consiste en afirmar la condición igual de todos los miembros de la sociedad, definidos exclusivamente por su capacidad similar de participar en la formación y expresión de la voluntad general y cuyas características no políticas (religiosas, étnicas, sexuales, genealógicas, etc.) no deben ser en principio tomadas en consideración por el Estado. De modo que, en puridad, el laicismo va unido a una visión republicana del gobierno: puede haber repúblicas teocráticas, como la iraní, pero no hay monarquías realmente laicas (aunque no todas conviertan al monarca en cabeza de la iglesia nacional, como la inglesa).

Y por supuesto la perspectiva laica choca con la concepción nacionalista, porque desde su punto de vista no hay nación de naciones ni Estado de pueblos sino nación de ciudadanos, iguales en derechos y obligaciones fundamentales más allá de cuál sea su lugar de nacimiento o residencia.

La justificada oposición a las pretensiones de los nacionalistas que aspiran a disgregar el país o, más frecuentemente, a ocupar dentro de él una posición de privilegio asimétrico se basa - desde el punto de vista laico - no en la amenaza que suponen para la unidad de España como entidad trascendental, sino en que implican la ruptura de la unidad y homogeneidad legal del Estado de Derecho. No es lo mismo ser culturalmente distintos que políticamente desiguales. Pues bien, quizá entre nosotros llevar el laicismo a sus últimas consecuencias tan siquiera teóricas sea asunto difícil: pero no deja de ser chocante que mientras los laicos "monárquicos" aceptan serlo por prudencia conservadora, los nacionalistas que se dicen laicos paradójica (y desde luego injustificadamente) creen representar un ímpetu progresista...

En todo caso, la época no parece favorable a la laicidad. Las novelas de más éxito tratan de evangelios apócrifos, profecías milenaristas, sábanas y sepulcros milagrosos, templarios -¡muchos templarios! - y batallas de ángeles contra demonios. Vaya por Dios, con perdón: qué lata.

En cuanto a la (mal) llamada alianza de civilizaciones, en cuanto se reúnen los expertos para planearla resulta que la mayoría son curas de uno u otro modelo. Francamente, si no son los clérigos lo que más me interesa de mi cultura, no alcanzo a ver por qué van a ser lo que me resulte más apasionante de las demás. A no ser, claro, que también seamos "asimétricos" en esta cuestión...
Hace un par de años, coincidí en un debate en París con el ex secretario de la ONU, BUTROS  GALI.
Sostuvo ante mi asombro la gran importancia de la astrología en el Egipto actual, que los europeos no valoramos suficientemente. Respetuosamente, señalé que la astrología es tan pintoresca como falsa en todas partes, igual en El Cairo que en Estocolmo o Caracas. BUTROS GALI me informó de que precisamente esa opinión constituye un prejuicio eurocéntrico.
No pude por menos de compadecer a los africanos que dependen de la astrología mientras otros continentes apuestan por la nanotecnología o la biogenética.

Quizá el primer mandamiento de la laicidad consista en romper la idolatría culturalista y fomentar el espíritu crítico respecto a las tradiciones propias y ajenas. Podría formularse con aquellas palabras de Santayana: "No hay tiranía peor que la de una conciencia retrógrada o fanática que oprime a un mundo que no entiende en nombre de otro mundo que es inexistente".

Ø  Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Fuente: El País