1778 .·. 7 de MARZO .·. 2013
Fragmento de “VOLTAIRE Y LA MASONERÍA” de Roberto Aguilar M. S. Silva
M.M. – R.L. Sentinela da Fronteira Nº 53 Corumba
Academia Masónica de Letras de Mato Grosso do Sul (Brasil)
VOLTAIRE ingresó en la Masonería a los 80 años de edad,
luego de atacar durante toda su vida los errores de la Orden, sin saber lo que
ella era. En efecto, sin conocer los principios de la Masonería, la supuso
inspirada en el misticismo gárrulo y hasta la maltrató en su diccionario
filosófico con ironías y sarcasmos injustos. Pero como la Masonería francesa,
de corte liberal, luchaba contra el fanatismo y la tiranía, y estos eran
también los enemigos contra los que luchaba VOLTAIRE, se encontró un día rodeado de
hombres que perseguían los mismos ideales y en defensa de la misma causa y se
sorprendió de que fuesen masones y que sus ideales coincidieran con los que él
se había propuesto.
Franklin, a la vez que impresor, físico y legislador, Court- de Gebelin, hombre de generales conocimientos, Lalande, gran astrónomo, Dixmerie y el Abate Cordier de Saint Fermín, ambos literatos notables, eran miembros de la Logia Les Neuf Soeurs, fundada bajo la inspiración de Helvetius, quien murió antes de verla
instalada, y ellos fueron los que propusieron a VOLTAIRE la iniciación. Éste se
sintió sobresaltado al oír a tales hombres proponerle entrar en la Orden, él
ignoraba que las tendencias eran muy serias y el gran VOLTAIRE se detuvo a reflexionar al ver que hombres como Franklin y Lalande se servían de la Institución para propagar sus ideas.
VOLTAIRE al tener conocimiento de que las Logias
trabajaban para disipar las tinieblas y extinguir la superstición, objetivos
que él siempre había perseguido, aceptó la Iniciación; y el 7 de marzo de 1778 fue conducido a la Logia
Les Neuf Soeurs (Las nueve hermanas o las nueve musas), y presentado por Cordier
de Saint Fermín, fueron recibidos en el pórtico
por los hermanos Meslay, Lort, Bignon,
Remy, Mercier, Fabrony, Dufresney
después fue introducido por el caballero
de Willars. La Logia estaba presidida
por Lalande; y el Gran Poeta se apoyaba en los brazos de Franklin y de Court de Gebelin, que le habían ofrecido ayudarlo, siguiéndoles
el caballero de Cubieres. Se suprimieron las pruebas físicas porque todos
conocían al filósofo que había expuesto en sus escritos desde el fondo de su
corazón; él había combatido a los enemigos de la humanidad que son, al mismo
tiempo, los enemigos de la Masonería; él había dado a conocer en sus escritos las
mismas doctrinas que la Orden postula.
MANDIL DE VOLTAIRE
La
recepción masónica debe ser el puente que separa la vida de lucha de la vida de
calma y para VOLTAIRE, la Iniciación era el coronamiento. Las prueban a
las que se le sometió le permitieron al Poeta exponer sus ideas. Uno de los
hermanos que asistieron a la ceremonia expresó: “Es para nosotros la lección, no para él”. Cuando llegó el momento de entregarle las insignias, Lalande le dio el Mandil, símbolo del Trabajo: era el mandil que había usado Helvetius, y Voltaire al estrecharlo entre sus manos lo llevó
espontáneamente a sus labios honrando con esta demostración a uno de los más
sabios y enérgicos masones de aquella época.
Lamentablemente,
algunos meses después de celebrada esta recepción tan grata, la misma Logia Les
Neuf Soeurs, rendía los honores fúnebres a aquél que Francia había de
transportar al Templo de los Grandes Hombres. Lalande, que presidió la ceremonia de
Iniciación del VOLTAIRE, también presidió la ceremonia mortuoria; los hermanos Franklin y el conde Strogonof, cubrían los puestos de Vigilantes; el hermano Lechangeux ocupaba el trono del Orador. Doscientos visitantes asistieron a
la Tenida fúnebre; la orquesta se componía de los mejores artistas de París, y
para evitar una invasión mundana acordó la Logia que las señoras Denis y la Marquesa de Villete se presentaran como por casualidad a presenciar
las ceremonias; y en efecto, ambas damas llegaron, la primera conducida por el
hermano marqués de Villevielle. Todo lo que la historia puede referir de las
ceremonias de Iniciación y Fúnebre
del GRAN VOLTAIRE, sólo puede entenderse si se
comprende la enorme presencia moral e intelectual que hombres como Helvetius, Diderot, Montesquieu, Rosseou,
Cambaceres, Lalande, Franklin, Parny, Lafayett, Washington y otros muchos, tuvieron en la sociedad y en el
destino de los pueblos.
Muchos
hermanos, no sin ironía, afirman que la Francmasonería actual vive de su
pasado, puesto que hoy, la acción masónica parece confinada a «las cuatro paredes» de sus templos. Ignoran estos hermanos que las condiciones
cambian y que los escenarios de lucha son otros. Pero lo que más desconocen
algunos de nuestros hermanos es que, como afirmó H.G. Wells, la historia humana es en esencia una historia de ideas, no de
personas, y por lo tanto, la
acción de la Masonería sigue vigente porque su ideario constituye parte
integrante de las instituciones políticas contemporáneas.
* Imagen, Besomi de
Internet SALVADOR LOPEZ MENDOZA COM.. DE
REL.. DE B.C.
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